Diferencias entre molinos de alta potencia (100 HP) y molinos más pequeños

Diferencias entre molinos de alta potencia (100 HP) y molinos más pequeños

Cuando hablamos de molinos de 100 HP, nos referimos a equipos industriales diseñados para triturar grandes volúmenes de plástico con rapidez y eficacia. Este tipo de maquinaria suele estar presente en plantas de reciclaje de alta capacidad o que operan con una producción continua. Un molino con estas características puede procesar desde más de una tonelada de plástico por hora, dependiendo del tipo de residuo y del sistema de alimentación.

En contraposición, los molinos pequeños son aquellos que van desde los 15 hasta los 40 HP. Su uso es más habitual en proyectos de menor escala, plantas piloto o como soporte en líneas que ya cuentan con otro molino principal. En Replagar, comercializamos modelos como el Molino Soriano 15 HP, el Desgarrador Weima 25 HP o el Molino Prat 40 HP, que funcionan perfectamente en líneas más contenidas, tanto en volumen como en espacio.

 

Nuestra experiencia comparando molinos de 100 HP con opciones de menor potencia

Una de las comparaciones más frecuentes que realizamos en planta es la de rendimiento y capacidad de procesamiento. Un molino de 100 HP está preparado para trabajar jornadas largas sin perder eficiencia. Está diseñado con rotor abierto macizo, tolva de gran volumen con apertura automática, y puede triturar fácilmente materiales rígidos, voluminosos o difíciles, como bidones, tuberías, cajas industriales o film denso.

En cambio, los molinos más pequeños —como los de 15 o 25 HP— están enfocados en materiales menos exigentes o para tareas puntuales. Si el objetivo es procesar botellas de PET, bolsas, o residuos de menor tamaño y densidad, estas máquinas pueden cumplir con creces. Pero, como siempre decimos, todo depende del volumen y del tipo de plástico.

Por ejemplo, el Molino Prat de 40 HP, fabricado en España, es ideal para empresas medianas que buscan un buen equilibrio entre potencia, consumo eléctrico y facilidad de uso. Tiene una apertura de tolva con doble pistón que agiliza el mantenimiento y mejora la seguridad.

En cambio, el molino de 100 HP que fabricamos y comercializamos en Replagar está pensado para integrarse en líneas completas. En muchos casos, lo instalamos a continuación de un módulo de lavado y densado, donde el material llega previamente compactado y limpio. Esto permite que la máquina trabaje al máximo de su capacidad sin interrupciones, alimentando incluso a procesos posteriores como el pelletizado o la extrusión.

 

Cuándo recomendamos instalar un molino de 100 HP

A lo largo de los años, hemos instalado muchos molinos de alta potencia y, en general, los recomendamos cuando la planta cumple con ciertas características.

Primero, si la planta procesa altos volúmenes de plástico diariamente. Hablamos de cantidades superiores a los 1.000 kg por hora, donde el cuello de botella suele ser la capacidad de trituración.

Segundo, cuando los residuos a tratar son de difícil manejo o de gran tamaño. En estas situaciones, un molino de 100 HP no solo facilita la operación, sino que reduce el riesgo de atascos y mejora la calidad del triturado.

Tercero, en plantas donde hay una línea de producción continua, donde cada minuto cuenta. Aquí, el molino debe estar a la altura de los módulos previos y posteriores: desde el lavado, densado y centrifugado, hasta la separación y secado final.

Y cuarto, cuando el cliente cuenta con infraestructura eléctrica adecuada, ya que estos equipos requieren un buen sistema de alimentación trifásico y una instalación profesional.

En resumen, si tu proyecto está orientado a producción constante, alto volumen, y materiales de gran tamaño o densidad, el molino de 100 HP es una inversión que se amortiza rápidamente.

 

En qué casos un molino más pequeño es la mejor opción

Pero no todos los proyectos necesitan esa capacidad. De hecho, muchos de nuestros clientes trabajan con molinos de 15, 25 o 40 HP, obteniendo resultados excelentes.

Cuando recibimos pedidos de plantas que inician actividades, o que buscan maquinaria de ocasión para ensayar un nuevo flujo de reciclaje, un molino pequeño es la mejor forma de comenzar. También sucede en instalaciones donde el espacio es reducido, o donde el flujo de material reciclado aún no justifica una inversión más grande.

Uno de nuestros clientes en Valencia, por ejemplo, se dedicaba exclusivamente al reciclaje de envases de HDPE y PP. En su caso, una combinación de molino Weima de 25 HP y módulo de densado de ocasión resultó ideal. Su línea de trabajo no requería un molino más grande, y gracias a ello pudieron mantener bajos sus consumos energéticos sin renunciar a la eficiencia.

Otro caso donde un molino pequeño encaja muy bien es en líneas de reciclaje internas, donde una empresa necesita triturar sus propios residuos antes de reprocesarlos o almacenarlos. Aquí, un molino Soriano de 15 HP, con cuchillas móviles y fijas y rotor semi-abierto, es más que suficiente para cumplir con la tarea.

 

Factores clave que analizamos antes de recomendar un molino

En Replagar no creemos en soluciones estándar. Cada cliente y cada planta son únicos. Por eso, antes de recomendar un molino u otro, siempre tomamos en cuenta una serie de factores clave:

  • Volumen de reciclaje diario, expresado en kilos por hora.
  • Tipo de material plástico, ya que no es igual procesar PET que polietileno rígido.
  • Nivel de automatización de la planta, porque un molino grande debe integrarse con el resto del sistema.
  • Infraestructura eléctrica disponible, para evitar problemas de instalación o consumo.
  • Frecuencia de mantenimiento requerida, y facilidad de acceso al rotor y las cuchillas.
  • Presupuesto total del proyecto, evaluando no solo la inversión inicial, sino también el costo operativo.

Cuando evaluamos estos factores junto con el cliente, es mucho más fácil acertar en la elección. Al final, lo que buscamos es máxima eficiencia con el menor coste posible por kilo procesado.

 

Nuestra experiencia diaria seleccionando el molino adecuado

Uno de los mayores valores que aportamos como empresa es que hemos trabajado con todos los tipos de molinos que comercializamos. Sabemos de primera mano sus puntos fuertes, sus limitaciones y, sobre todo, cómo responden en la práctica real.

En una planta del norte de España, por ejemplo, instalamos recientemente un molino de 100 HP junto a un sistema completo de lavado y secado. La decisión vino después de varios análisis técnicos, donde se evidenció que la línea necesitaba un molino robusto que pudiera operar sin interrupciones. Hoy, ese cliente procesa más de 1.200 kg/hora, con un sistema altamente automatizado y bajos costes por tonelada.

Por otro lado, hay clientes que han comenzado con un molino de 25 HP y, tras escalar su producción, han sumado un segundo molino o incluso han migrado a un equipo más potente. Esta estrategia modular es muy útil para empresas que están creciendo, pero que no quieren sobredimensionar su inversión desde el inicio.

 

No todos los molinos sirven para lo mismo

Después de tantos años trabajando con maquinaria de reciclaje de plástico, en Replagar tenemos claro que el tamaño del molino sí importa, pero no lo es todo. Un molino de 100 HP puede ser la columna vertebral de una planta de alto rendimiento, mientras que un molino pequeño puede ser perfecto para una operación puntual o como parte de una estrategia escalable.

Lo más importante es tener claridad sobre tus necesidades reales, el tipo de residuo que manejas, tu volumen de producción y tus objetivos a corto y largo plazo.

En Replagar no solo vendemos maquinaria. Fabricamos soluciones. Te acompañamos desde la primera consulta hasta la puesta en marcha de tu planta, con maquinaria nueva o de ocasión, adaptada al 100 % a tus requerimientos.

Si estás valorando qué tipo de molino necesitas, contáctanos. Estaremos encantados de ayudarte a tomar la decisión correcta y a construir una línea de reciclaje sólida, eficiente y preparada para crecer contigo.